lunes, 28 de enero de 2008

La Renga en San Juan
TORMENTA EN EL DESIERTO

Textos: A. O. Vega
Producción: Fabricio Ronchietto



Aire. Eran un poco más de las diez y media de la noche y las nubes tapaban el cielo de San Juan. Aunque esta vez la tormenta no estaba allá arriba. Estaba desatándose abajo, entre banderas agitadas y más de cinco mil personas –que se acercaron hasta el estadio de Trinidad- saltando de un lado a otro ante el arranque demoledor de “Oscuro Diamante”. Y en el ojo de ese huracán, La Renga. Tres años habían pasado desde la última visita del grupo de Mataderos que brindaron un show según su costumbre: mucha potencia, pocas y arteras palabras y demasiado rock.

Agua. Bajo una llovizna persistente presentaron “Trueno Tierra”, aunque apenas tocaron la mitad de sus temas, entre ellos “Almohada de piedra”, “Montaña roja” o el significativo “Ruta 40”, que junto con “La boca del lobo” desataron un remolino humano. Pero el verdadero delirio vino a mitad del show cuando hicieron sonar “Paja brava”, dedicado por Chizzo a quienes “dejan la naturaleza muerta y el agua contaminada y ya saben de quien estoy hablando” –un tiro por elevación para el gobierno sanjuanino y las empresas mineras-.

Tierra. A partir de ahí “Despedazado por mil partes”, “Lo frágil de la locura”, “Veneno” y la “Balada del diablo y la muerte” hicieron temblar San Juan. Con pocos desajustes técnicos, sonaron muy contundentes y entregaron una lista superpoblada de clásicos y el público lo agradeció.

Fuego. Apenas hubo un par de advertencias de Gustavo Nápoli ante las bengalas encendidas: “el asunto de las bengalas –dijo- ya es un mal recuerdo”. No hizo falta más. El recital dejó para el final “Panic show” y “El revelde”, por supuesto para terminar “Hablando de la libertad”. Dieron lo que saben dar: un Chizzo desagarrando voz y guitarra, un Tete preciso e imparable y un Tanque haciendo retumbar gargantas. Cerraron su paso por Cuyo dejando dos horas y media de un rock visceral y combinando todos los elementos para hacer tronar las tierras cuyanas.


El aguante
Demás esta decir que las bandas sanjuaninas dieron un buen show y calentaron el ambiente. Hijo Afortunado sonando muy bien y parejo y Huaykil brindando la potencia de siempre, aunque con algunos desajustes en el sonido que suplieron dando todo y terminando con "Huaziul" junto a Gustavo Napoli en voz para comenzar a preparar el banquete.


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