lunes, 28 de enero de 2008

Reggae y hotpants
Gondwana en Alcerro

Eran más de las once y el “14” no venia, las “groupies” tenían hambre, el reportero gráfico no decía nada y a mí, por colgado casi me atropella un auto. Cuando por fin llegó el bondi, nos enteramos de que el boleto valía $ 1,30 y no $ 1,10, y como dice Pedro: “20 centavos son 20 centavos”.

Después de de andar un rato, donde el camino se termina, rastafaris y artesanos incluidos, dejamos vació el colectivo, a unos metros se podía ver Alcerro y también que habíamos llegado temprano. Para hacer más llevadera la espera las “groupies” prendieron un par de…cigarrillos y por un rato, como dice el tema de Flema, “estuvo todo bien”. Los habitúes del lugar, que poco tienen que ver con el movimiento reggae, no se hicieron esperar. Al rato de estar haciendo cola (lluvia y frió mediante) logramos entrar, nos fuimos derecho al escenario, donde a la 1:30 todavía estaban probando sonido, pasadas las 2:00, cuando la espera y el bajón ya no daban para más, I-Locks Labbe (bajo), Gato Ramos (Saxo), Hugo Prado, (Trombón), Leo Dread (Percusión), Lalo Yoyo (Bateria), Keno Fing Fingaman ( Teclados), Patricio Luco (Trompeta), Maxi Vargas (Voz), Ronny Alvarez (Teclados), Fabian Cordova (Guitarra) subieron a escena.

Por fin, a lo que vinimos, Gondwana en vivo. Al tercer tema ya nos habíamos olvidado de la lluvia, la espera, y hasta del bajón, que por cierto alguien se encargó de que no durara mucho. A nadie le importaba nada. El lugar explotaba, gente por todos lados, muchos seguidores de la banda, nenes y nenas, mucha cama solar, todos en conjunto coreaban todos los temas.

Las chicas rubias y sus hotpants no se quedaban atrás, pedían a gritos otra y otra. Nadie podía dejar de bailar el ritmo febril de estos chilenos que en casi una hora y media de show se tocaron todo, los clásicos, los hits y los temas del último disco “Resiliente”.

Era claro que estábamos ante una de las bandas de reggae más importantes de Latinoamérica. Veinte años de trayectoria son todo y todos pedían más, ellos no se negaron, todo lo contrario, agradecieron en cada oportunidad y prometieron volver. El reportero gráfico y yo felices de la vida, habíamos visto un espectáculo increíble. Pero como también dice Pedro. “la calma no dura”… En fin, estábamos en un boliche y al ritmo de PUNCHI, PUNCHI el DJ de turno nos lo hizo saber. Lo primero que pensé fue “gracias Gondwana” y los segundo “ufff!!!… ¿y en que volvemos ahora?”.


L.R.

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