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La Renga / Truenotierra // TORMENTA ELÉCTRICA por Arturo Vega

“Corranse que no puedo ver el sueño como me espera detrás de un muro de contencion con la sonrisa del alma muerta” (Almohada de piedra)

Hacia el principio del disco uno tenemos una tempestad de grandes proporciones. Introducciones cortas y cargadas con la voz de trueno de Chizzo en temas como “El montruo que crece”, “Almohada de piedra” y “La boca del lobo”. El vendaval se hace particularmente intenso en la “Ruta 40”, tema que según declaraciones de Tete en la Rock & Pop salió luego de un viaje a San Juan, donde decidieron que era hora de dedicarle un tema a la columna vertebral del oeste argentino. Riff potentes por esta primera zona, donde apenas hay unos vientos en “La boca del lobo”, lo que hace que sea un comienzo crudo. Hard Rock de altas proporciones.

“Los árboles rodeándome. Puedo verte descubriéndome en las copas que se vuelcan en la brisa y descubro que me hablas y yo soy presa y parte de la lengua que me me habla... me habla sin palabras” (Palabras estorbantes)

La tormenta comienza a tomar un impulso distinto cerca de la “Montaña roja”, donde el estruendo va creciendo hasta llegar con total fuerza al estribillo: “La montaña roja sangra por mí/ un camión al río de mis venas/ La profundidad que se elevó/ llevara de mí lo que quiera/ hacia las cumbres”. Pasando por esas alturas la lluvia amaina en las llanuras de “Palabras estorbantes” , uno de los temas mejor logrados del disco. Las precipitaciones se alternan luego desde temas potentes como “Oscuro Diamante” y “Entre la niebla” (compuesto y cantado por Manu) hasta canciones como “Mujer del Caleidoscopio” o “Llenado de llorar”, el primer tema acústico de la banda.

“La piedra es piedra por que sabe que cuando más dura triunfará pero tu alma hecha de cristal contra esta vida se hará trizas”(Llenado de llorar)

El disco dos varía permamentemente con un tiempo inestable en las zapadas grabadas intencionalmente con mucho ambiente, poco mezcladas incluso, donde se destacan “Anaximandro” y “Alunizando al unísono”. Muestran en los cinco temas del albúm influencias desde Hendrix a Zeppelin, incluso con algunos toques de jazz rock. Un gusto que se dió el grupo y que ya se insinuaba en el tema instrumental oculto en “Detonador de Sueños”.

“Una huella invisible quisiera dejar y que nadie sepa que estuvimos acá ¿Quién dio a luz al primer sueño para ir tan lejos?”(Oscuro diamante)

El nuevo estudio que La Renga armó en Ezeiza para grabar este material se nota en los climas relajados del disco o en experimentos de la banda. De todas formas no es un disco fácil de escuchar. Es intencionalmente desprolijo como su predecesor, “Detonador de Sueños”. Pero además es oscuro. Tanto en la música como en las letras que cada tanto amagan a lo pseudofilosófico. La insistencia es permamente respecto de los elementos naturales en temas como en “Llenado de llorar”, el título del instrumental “Anaximandro” (por el filósofo jonio) o el mismo nombre del disco.

“Alguien metió mano en el infierno y sembré el espanto entre los dos, devoró la noche, cubrió el cielo de dolor” (Entre la niebla)

El pronóstico, entonces, es de tiempo inestable, con grandes tormentas aisladas provocadas por este nuevo trabajo que promete estar en el ojo del huracán. Ya comenzó a tronar con el accidentado, pero emotivo recital del 16 de diciembre en Mar del Plata. No parece ser una tormenta de verano.